sigo soñando con fantasías para sobrellevar la cuerda realidad

sábado, 12 de febrero de 2011

el coro de gospel 8/Todo comienza a estar bien

Al día siguiente se levantó más alegre que nunca. No se encontró con nadie hasta que entro en la cocina, donde estaba el señor Chapmel. Se sentía muy bien, como si no tuviera que esconder nada a nadie. Se sentía ligera como una pluma, como una nube, como cualquier cosa.
Así que se subió al auto para ir a la escuela, y durante el trayecto le contó al señor Chapmel de como le había ido en el coro , de la manera en la que una niña pequeña habla de su primer día de clases. Y lo mejor de todo, iría ahí tres veces a la semana, como mínimo. No cabía en si de la alegría.
Cuando llegó, se despidió alegre de su amigo, y caminó más segura de si misma que nunca. Ése era un nuevo dí, una hoja en blanco, ahora tenía todas las posibilidades frente a ella. Saludó a todo aquel que se cruzó en su camino con una sonrisa radiante. Estaba en la cima del mundo. Kathy misma no se lo creía. Era como si  esas horas en el coro hubieran despertado una parte de ella que no conocía. O tal vez era la idea de que ahora tenía nuevos amigos, más reales que cualquiera que le dirigiera la palabra en la escuela. Cuando llegó al salón echó un vistazo a los grupos que se habían formado. Escogió uno al azar y se integró. Aún no sabía paricipar en una conversación de más de dos, pero ahora puso todo su esfuerzo en disfrutar, en lugar de encajar. Nunca se dió cuenta de como ni cuando decidió eso, pero era algo nuevo, algo dentro de ella que la hacía ser así. Ahora todo era una página en blanco para Kat.

El resto de las clases pasó de la misma manera, Kat se sentía bien, eufórica, ni nada por el estilo, sino que se sentía bien, sin problemas ni complicaciones. Esa cosas no tenían sentido. E incluso en el receso, en la fila para el almuerzo se topó con Max. Kathy se sonrojó, pero pese nuevo algo la impulsó a seguir y mirarlo a los ojos. Para sorpresa de Kaherine, el muchacho sonrió.
-Hola - dijo con un movimiento de la cabeza, que hizo que su cabello acentuara sus palabras. Kathy apenas podía respirar. Quería desaparecer, pero , por otra parte, Max era una página en blanco.
-Hola-respondió Kat, devolviendo a sonrisa, con aparente calma. Se sentía otra vez en otro planeta, donde todo era posible. Mientras tanto el muchacho se sirvió le almuerzo y volvió a mirar a Kathy.
-Nos vemos- dijo con esa  blanca sonrisa y su cabello castaño al tiempo que se alejaba a una mesa.
-adiós- le dijo Kat, radiante.
Una vez que el muchacho se hubiera ido, Kathy se sentía toda una hazaña andante. ¡Le había hablado a Max Aber! y lo mejor de todo ¡él había empezado! Ése había sido un día de retos y decubrimientos.

Después de varias horas la campana sonó, Kat no cabía en si de todo lo que había ocurrido, sobre todo el encuentro con Max Aber. Una parte de Kathy sabía que el saludo no había significado mucho par él, pero para ella era el paso más grande en la historia, o más bien, su historia.
Para cuando el señor Chapmel la recogió ella le contó de buena gana todo lo que había sucedido. El señor Chapmel sabía que Kathy era una persona muy tímida e insegura, tal vez incluso débil ante los demás, pero que tenía buen corazón. Nunca le había ni habría dicho a la muchacha de su propia inseguridad, y de lo peligroso que eso podía ser. Le preocupaba que alguien la lastimara, y ella no se pudiera defender. Pero al escuchar las palabras que la joven le contaba ( él sabía de lo de Max Aber) , algo, un peso en su interior, se aligeró un poco. Había esperanzas de que aquella chiquilla , ése frágil capullo, se abriera y saliera una nueva Kathy, la verdadera Kathy. Mientras la jovencita le hablaba, el chofer no pudo más que agradecer que el auto que  manejaba se hubiera descompuesto, para que así descubrieran ese coro.
-Así que-empezó el hombre-, ¿cómo estuvo su día jovencita?
Kathy se sorprendió con la respuesta
-Bien, estuvo todo bien- no podía creer que dijera eso de un día de escuela-.Todo comienza a estar bien

viernes, 4 de febrero de 2011

el coro de gospel 7/ desde cero

Kathy sentia como si su corazón fuera a desplomarse, al igual que el resto de su cuerpo. Sentía que hacía demasiao ruido, aunque sólo respiraba. Al parecer la chica lo notó, ya que le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
-¿Qué te pasa?-dijo aun con esa sonrisa que a Kathy le pareció el mejor detalle del mundo. Entonces  se dió cuenta de que estaba paralizada frente a la puerta. "Ya estas aqui, ahora no sufras, que tu decidiste esto" pensó para si. Respiro hondo y respondió.
-Nada, nada . . . .es solo que no estoy muy acostumbrada a que todos me vean- esto ocasiono algunas risitas por o bajo, pero algo dentro de Kathy la sostuvo y , de alguna manera, Kat se abrió.
-¿Cómo te llamas tu?- le dijo a la chica, procurando ser lo mas calmada posible. -Me llamo Jaz, Jessica, pero todos me llaman Jaz.
Kathhy sonrio sin saber porque- Jaz, suena bien- miro a los demás, antes, hace algunas horas no se hubiera atrevido, pero ago dentro de ella la empujaba por un camino desconocido-. Y ustedes son . . . ?
Cada uno se presento de manera cálida. Kathy se sentía en otro planeta, respirando otro aire, más fresco y relajante.
En eso, entró un hombre alto, maciso, de piel oscura y un cabello al cual las canas le estaban ganando terreno. Sus manos, su movimientos, todo el era grandes, ero cargaban una delicadeza ecepcional. Todos lo saludaron como quien saluda  a un amigo de toda la vida. Sip, ése debía de ser tipo de maestros que habitaban en ese nuevo planeta: interesados en sus estudiantes.
-Bueno chicos, tomen asientos, instrumentos y aire, vmos  comenzar.
Tardo un rato en descubrir a la muchacha flacucha y pálida enfrente de la puerta, pero al fin y al cabo la descubrió.
-Hola! bueno pues no te he visto. ¿Como te llamas?
Kathy dijo su nombre otra vez. Áquel hombre hablaba igual que el mecánico del señor Chapman. Como si cantara, pero aun ritmo incomprensible, canturreaba las palbras, les daba vueltas en la boca, las aderezaba y arreglaba para que cuando salieran se vieran de lo más coquetas. La mandó con el resto, que se había acomodado en unas gradas pequeñas, igual que un coro de la iglesia, solo que en lugar de personas mayores los ocupantes de los bancos eran de la edad de Kathy. Ella se puso junto a Jaz, que le inspiraba seguridad. Algunos  traina instrumentos , microfonos y bocinas. Kathy se sentía una niña pequeña, ignorante de lo que pasaría a continuación.
-Bueno muchachos, creo que hay que hace un pequeño repaso, en consideraci´n de que hay gente fresca en este cuarto-miró a Kathy a los ojos- Kat, al frente y al centro.

Fue como volver a la realidad. ¿Frente y centro? en frente de todos era algo que a Kathy no se le daba, pero de nuevo esa nueva sensación la arrastró hasta quedar frente al grupo.
-Y bueno . . ¿cantas?
Kathy sabía que no, y que no ´podía esconderlo. Por otra parte, ¿y que si no sabía?Dijo que no aunque se sintió algo tonta. Despues le preguntaron si tocaba algún instrumento, a lo que respondió que si, ya que tocaba el violín.
El resto de la clase paso como una nuve para Kathy. Fue como estar en un lugar alejado de todo, con gente alegre y buena musica.
 Cuando llego a su casa, nadie  lo noto , pero no importaba, ya que rea parte del club, del coro. Y lo mejor, no importaba su dinero, su "popularidad" ni nada, sólo ella misma. Ahora por fin empezaba de cero.

domingo, 16 de enero de 2011

El coro de gospel/parte del club

-Pero jovenita-exclamó el señor Chapmel-. Su padre tiene  toda una agenda planificada y cronmetrada para usted.
Kathy suspiró-Precisamente, es tiempo de que yo decida que hacer con mi tiempo.



A la salida Kathy se sentía genial. Era libre al fin. No había una agenda que seguir, sólo sus propios deseos y pensamientos. Se sentía una chica rebelde. "Por prmera vez" pensó. Sip, eso era una primera vez para muchas cosas. Miró hacia atrás. Sólo había muchachos de su edad, pedantes cuyo único aporte a la vida de Kathy era bióxido de carbono. Pero frente a ella, se habría una vida más allá de la zona alta, llena de aventuras que vivir.
Asi que, con su sonrisa en los labios, Kathy emprendió la marcha. Primero pidió un taxi a la zona baja de la cuidad. Una vez ahí, empezó a preguntar por el taller mecánco, para despues preguntar sobre el edificio del coro. Cuando tuvo la dirección escrita en su mano, le tomo poco tiempo llegar al lugar. Cómo el día anterior, miró atravez del cristal hacia el salón, pero ahora estaba desierto. No, no podía ser, debía de haber alguien. Ya comenzaba a dar media vuelta, cuando una mujer salió del mostrador con aire simpatico. Su pie era de un coor caoba y sus labios muy gruesos.
-Hola, ¿buscas a alguien?-preguntó con voz aguda. Kathy la miró apenada y las mejillas encendidas."¿En que rayo estabs pensando al venir aqui?". Pero  otra voz en su cabeza respondió:"Ya estas aqui, ahora no hay marcha atrás, animate."
-No exactamente-contestó con una tímida vocecilla- Quiero . . . quiero inscribirme al coro
-Oh! muy bien , claro, son cinco dólares la clase. Sube por las escaleras de al fondo. Están empezando.
Kathy asintió con la cabeza, y se dirigió al salón de el segundo piso. Al final de la escalera había un pasillo, con sólo una puerta, de la cual salían voces . . . voces del coro. "bueno, todo se resume a esto" se dijo a sí misma, y después entró al salón.
Las voces que antes quedaban apagadas, ahora llegaron  a Kathy como una ola, aunque ésta se fue apagando cuando las miradas se fueron posando en Katherine. Finalmente, el cuarto quedó en silencio y todo la miraban. Ella apenas podía respirar, por no mencionar lacantdidad de sangre que se fue a su cabeza, haciendo que ésta se tornara roja. El tiempo se detuvo asi por lo que parecieron horas. Ya que nadien parecía reaccionar, una chica rompió el hielo.
-Hola-dijo a manera de introdiucción-. ¿Cómo te llamas?
Kathy la reconoció, era la chica que el día anterior la había mirado. Si, era ella: un poco rellenita, con la piel oscura, cmo la de toos en la zona baja, ojos negros y brillantes y el pelo corto y negro. Kathy hizo acopio de aire y valor, para decir su nombre.
-Katherine, me llamo Katherine-dijo con un hilo de voz, ella no tenía habilidades sociales, y lo sabía, le cotaba poder hacer amigos, sobre todo con co todo el mundo mirando.
-Ok, Kat, ya eres parte del club.

viernes, 7 de enero de 2011

El Coro de Gospel/5 huida de la zona alta

Al día siguiente Kathy volvía su rutina diaria de siempre, sólo que ahora había algo más en dicha rutina: un plan. Pero no podía hacerlo sola, requería de un complice, asi que escogío a la persona en la que más confiaba: el señor Chapmel. Claro que convencerlo de que formara parte de la operación era lo único que Kathy no estaba segura de como haría. Despues del isipido desayuno, Kathy se dirigió al corredor de la parte trasera de la casa, donde se encontró al señor Chapmel que venía a recogerla. 
-Buenas días jovencita-Saludó el hombre, tan cordial como siempre. Kathy suspiró antes de subirse al auto. De repente escuchó una vocecilla en su cabeza "¿Por qué estas tan nerviosa? Es sólo otro día". es sólo otro día, se repitio en la cabeza. Despues de un rato, Katherine decidió poner manos a la obra.
-Señor Chapmel . . .-empezó a decir-. Me preguntaba si podía hacerme un pequeño favor . . . .
-Desde luego jovencita, ¿Qué desea?
-Me preguntaba si . . .si, esta tarde no me recogiera ni me llevara a clase de violín.
-Jovencita .  . . .-dijo el chofer-. ¿Qué ocurre?
Kathy se sintió acorralada. Por otra parte, no quería esconderse de su mejor amigo.
-Quiero salir de la zona alta e ir al coro que vimos ayer. Quiero unirme a él.

jueves, 6 de enero de 2011

El coro de Gospel/4 se rompe la rutina

El ronroneo del motor y el apagado ruido de la cuidad acompañaban a la respiraciòn de ambos, el señor Chapmel y Kathy en aquel extraño pero comodo silencio. Al poco rato el señor Chapmel encontro un buen tema para conversar y pronto se armo conversacion.  No era dificil hablar con aquel hombre,  ya que siempre tenia algo interesante que decirle a las personas. Y asi, de platica en platica Kathy no se dio cuenta de que  se habian desviado del camino que todos los dias recorrian . En lugar de impecables edifios, por la calle discurrian pequeños locales descuidados y autos viejos y sucios.
-Señor Chapmel, ¿por qué nos desviamos?-pregunto la joven cuando se dio cuenta del cambio.
-Se nos acabara pronto el aceite para el motor jovencita, conozco un mecano excelente por estos rumbos.
Kathy miro por la ventana, -¿Que rumbos son estos?- pregunto. Nunca habia estado en ningun lugar parecido, su adinerado modo de vida nunca lo habria permitido. 
-Estamos en la zona baja, jovencita.
Kathy no supo a lo que se referia, pero prefirio guardar silencio. Guardo silencio en todo el resto del trayecto hasta el mecanico, el cual los saludo muy alegremente, y parecia conocer al señor Chapmel.
-Charlie!-saludo el hombre que un sostenia un cigarro en la mano.-¿qué te trae por aqui?
El señor Chapmel esbozaba una sonrisa mientras explicaba el problema del aceite al mecanico. Katherine los miraba desde la puerta. El mecanico le llamba mucho la atencion. Su manera de hablar era diferente a la suya o la de cualquier otra persona que conociera. Apresuraba las palabras, al punto de abreviar inconsiente mente o cortar algunas letras. Ademas su rono de voz era grave pero muy viva, casi cantaba cuando hablaba. "Habla como una trompeta" logro describir Kathy.
Lugo de llegar a un acuerdo, Kathy y el Sñor Chapmel salieron a la calle. El auto estaria listo en media hora, asi que se pasearian un poco por el barrio. El sol calentaba la banqueta y el aire sobre esta de una manera hipnotizante. Katherine se pudo haber quedado ahi todo el dia sin ningun problema. 
Caminaron y visitaron las tiendas, comieron ahi, ya que seguro elpadre de Kathy no comeria en casa y no tenia caso esperr a llegar a la casa para almorzar. Recorrian un callejon con las hamburguesas en lamano, cuando escucharon un ruido que los hizo detenerse. Cuando aguzaron el oido cayeron en cuenta de dos cosas: la primera era que el supuesto ruido provenia de un pequeño edificio situado a pocas cuadras de donde estaban parados, y que el su`puesto ruido era musica.
Kathy fue la primera en estar frente a la puerta, que estaba abierta y daba a un recibidor con un mostrador y algunos sillones apolillados. Despues de esta estancia estaba un salon con  bancos en hileras, un gran equipo de sonido, algunos muebles, y un coro de gospel.

Es importante mencionar que Kathy no habia estado fuera de la zona alta de la ciudad en todad su vida y el hecho de salir de ella era toda una aventura para ella. Pero mas relevante aun, Katherine nunca habia escuchado musica gospel, ni R&B ni nada parecido, asi que desde luego, le fascino. La alegria, la simplicidad y al mismo tiempo impacto que la musica reflejaba, pero sobre todo, la libertad que se sentia al escuchar esa melodia le impresionaba. De repente sintio una mano en el hombro. Al volverse descubrio al señor Chapmel
-Es hora de irnos.-dijo el chofer. Kathy lo miro implorante-¿No podemos quedarnos  hasta que terminen la cancion?
-De acuerdo-respondio su amigo-Pero en cuanto acaben nos vamos.
Y asi fue. Cuando la cancion termino y el coro se disperso, los dos espectadores dieron media vuleta para irse. Cuando estaban en la puerta Kathy dio u ultimo vistazo al lugar donde se hacia tan magica musica. Para su sorpresa una chica de su misma edad aproximadamente la estaba mirando. Igual que todos los integrantes del coro su piel era oscura y su pelo era negro, atado en un precaria coleta. " bastante rellenita" penso Kathy tiempo despues, pero en ese momento se paralizo al mirar en esos ojos oscuros. Lo mas curioso era que la muchacha sonreia. Sip, asi era, la chica le estaba sonriendo, luego nego con la cabeza, y se adentro en el salon. Quince minutos despues ya estaban de camino a la residencia.

Kathy practicaba violin, o al menos lo intentaba. En su mente solo cabia un pensamiento: volver al coro de gospel.

martes, 4 de enero de 2011

El coro de Gospel/3 la escuela de Katherine

De los siete días de la semana, cinco eran empleados en la escuela. De todo el día seis horas y media eran destinadas a estar confinada en la escuela preparatoria de California. El enorme edificio adornado elegante mente para los alumnos adinerados hacía de cárcel y refugio al mismo tiempo. La personalidad de Kathy no encajaba en el perfil de  cualquier alumno promedio de la escuela: presumidos, orgullosos y altaneros. Pero, por otra parte, Kathy nunca encajaba en el promedio.
Una cuadra antes de llegar, el señor Chapmel se detuvo. 
- Bueno jovencita- dijo con su ronca voz impregnada de  simpatía- Aquí es donde nos despedimos. Que tenga un buen día, y no se subestime.-Al señor Chapmel le gustaba dar un consejo en la mañana antes de comenzar el día. "Es algo así como  una galleta de la fortuna matutina" pesaba Kathy cuando le decían esos consejos.
-Lo tendré en mente- se limito a contestar-. Que tenga un buen día y nos vemos en seis horas-dijo con una sonrisa sarcástica.
 Después de las formalidades de siempre, Kathy salio a la calle y se dirigió  hacia la escuela, mientras el señor Chapmel se alejaba en la dirección contraria.
No tardo mas de cinco minutos en estar frente a la puerta de la escuela. Respiro hondo y entro. El pasillo principal; elegante mente ornamentado con mármol y relucientes puertas estaba repleto de estudiante de  mas o menos la misma edad de Kathy. Todos se apretujaban  para llegar al patio central o a sus salones para iniciar las clases. Había toda clase de personas; atletas, darketos, fresas, emos, pero mas que nada, se respiraba un aire de superioridad por parte de todos.  Cada una de las personas en el edificio se creían . .no, estaban seguros de ser mejores que cualquiera de las personas fuera del mismo edificio. No tenían ninguna diferencia con un ser humano normal, no tenían extremidades de mas, ni inteligencia superior, ni nada por el estilo, solo mas dinero. 
A duras penas se abrió paso entre la gente y ocupo su lugar de siempre en el salón, uno de los asientos del fondo junto a la ventana. Ese era su lugar preferido, pues podía ver todo el salón, y sin embargo pocos podían verla a ella. Además estaba la ventana. Cuantas veces se perdía  en sus pensamientos mirando a través del cristal. Después de alguno minutos apareció el primer maestro del día. Kathy no recordaba su nombre, aunque por otra parte, no era necesario ni importante.La clase arranco como un ferrocarril: lenta y pesada mente. Ya había perdido la noción del tiempo cuando el profesor dejo el aula y el salón quedo sin vigilancia. A esto le siguieron diez minutos de espera y luego llego el siguiente maestro y así sucesiva mente toda la mañana. Era terriblemente monótono y deseperante, pero gracias a dios existía el receso. Al salir al patio principal el aire le dio en la pálida cara y le revolvio el cabello. Las caricias que le hacia el viento la reconfortaban enormemente. Se quedo ahí, parada gozando del viento, ajena al tiempo y la distancia. Ese bello estado de paz no duro mucho, ya que un grupo de chicas riendo paso a su lado cual bólido y le propinaron un buen empujón que la dejo en el suelo. El impacto despertó a Kathy del hechizo del viento y tardo un segundo en reaccionar en la realidad. Aun en el piso miro a su alrededor. Nadie lo había notado, y mucho menos interesado. Suspiro, se levanto y se sacudió un poco. Le dolía la pierna, pero de todos modos no había ocurrido gran cosa. Compro su almuerzo y miro las mesas. ¿En cual se sentaría? no seria rechazada en ninguna, ya que ella pertenecía a ese  grupo de personas "superiores", pero tampoco era una chica muy popular. Por fin escogió una mesa y se aproximo. Estaba ya a unos metros cuando un chico de la mesa mas próxima se levanto. Quedo cara a cara con Kathy. A ésta se le paro la respiracion y no tardo en sonrojarse. El chico mientras tanto se hizo a un lado y se alejo sin problemas. "Tonta" pensó Kathy, "¿Que a caso no te puedes controlar?".Recupero la calma y se sentó en una mesa con el equipo de porristas. Nadie advirtió su llegada ni mucho menos su presencia. Después de un rato se integro a la platica, aunque muy pobre mente, ya que no era muy buena para socializar. Le costaba trabajo seguir los temas de conversacion, y no sabia aportar  información valiosa a la platica. De cualquier manera hizo su mejor esfuerzo hasta que termino el receso y todos regresaron al salón.
Una vez en la clase, Katherine se se guia reprochando por su comporta miento con el chico de la cafetería. Su nombre era Max, y a Kathy le gustaba. Lo había observado muchas veces e incluso había hablado un par de veces con el, pero la verdad era que el apenas sabia de su existencia. Por eso mismo Kathy se limitaba a observarlo y toparse con el ocasional mente.
El resto de la escuela paso con la misma lentitud de la mañana, imperturbable  y monótona.Por fin la campanilla sonó y Kathy camino tranquila mente hasta la cuadra donde el señor Chapmel la esperaba. Asi era su vida diaria, asi era como su vida funcionaba, nada más ni nada menos.
-¿Que tal su día jovencita?-dijo el
Kathy sonrió- curioso señor Chapmel, curioso 

jueves, 30 de diciembre de 2010

el coro de gospel/2

Al día siguiente Kathy se dispuso a ir a la escuela como siempre. Se vistió en su cuarto y salió al pasillo, que salía al corredor y desembocaba en las enormes escaleras.La casa estaba en un silencio total, tan sofocante y denso, pero tan frágil a la vez, ya que cualquier ruido podía perturbarlo. Aunque en la casa sólo esta Kathy, ésta se movía con sigilo y silencio hasta la cocina, para el desyuno. Éste consistió en cereal integral y leche. Se habría hecho algo más elaborado si supadre hubera estadom presente, pero él estaba lejos, en alguna sala de juntas muy lejos de ahi. Apenas habían pasado quince minutos cuando el señor Chapmel entro a la estancia por la puerta trasera de la casa.
-Buenos días jovencita- saludo alegremente quiotandose el sobrero.-¿Descansó bien a noche?- Con cada palabra su bigote bailaba un poco sobre el labio inferior, ya que el supérior quedaba oculto entre los mismos bigotes.
-Me habría gustado descansar más, pero por ahora estuvo bien Chapmel.-respondió al tiempo que ponia los platos sucios en el fregadero y se colgaba la mochila al hombro.

Los dos amigos partieron a la escuela.